Detectar las dificultades de lectura nos permite localizar el problema y poner manos a la obra para encontrar una solución.
Os proponemos reflexionar sobre la habilidad lectora de los niños, respondiendo a una serie de preguntas:
1. ¿Hay diferencia entre su nivel de lectura y el de sus compañeros de clase?
2. ¿Lee lentamente?
3. ¿Se encalla o se embarulla cuando lee?
4. ¿Intercambia letras o inventa palabras?
5. ¿Tiene problemas para aplicar las normas ortográficas?
6. ¿Comprende con dificultad o no comprende lo que lee?
7. ¿Necesita mucho tiempo para estudiar o hacer los deberes?
8. ¿Los resultados escolares no son los esperados, aunque sepáis que tiene capacidad para salir adelante?
9. ¿Comprende mejor cuando le leéis que cuando lee?
Si habéis respondido afirmativamente a algunas de estas preguntas, podría ser que vuestro hijo o alumno tenga dificultades de aprendizaje de la lectura.
La lectura es fundamental en el ámbito académico, por esto, si creéis que puede haber indicios de dificultades, os animamos a que consultéis con un profesional, no esperéis a que el niño madure.
No perdáis tiempo y poneros en manos de un profesional.
¿Cómo afectan las dificultades de lectura en el rendimiento académico?
La lectura es una herramienta fundamental en la escuela, es por esto que tener dificultades en la tarea de leer puede afectar negativamente a los resultados académicos.
Los alumnos con dificultades de lectura presentan problemas en la adquisición de la lectoescritura. Estas dificultades no remiten espontáneamente y pronto afectan al progreso en el resto de las asignaturas, porque, al fin y al cabo, siempre tendremos que leer.
¿Qué entendemos por dificultades de lectura?
Una lectura lenta y pesada es suficiente para actuar. A veces hay también muchos errores, pero no siempre se dan en lenguas transparentes como la nuestra. Y puede afectar o no a la comprensión.
Los primeros años de escuela aprendemos a leer, pero después tenemos que poder leer bien para aprender. A medida que avanzamos de curso, los contenidos se van ampliando y complicando, con lo cual aumenta la cantidad y la densidad del material que se debe leer. Cuanto más tiempo pasa, con más dificultades se encuentran en la escuela los niños y niñas con dificultades de lectura.
Las dificultades de lectura tienen un origen neurobiológico y no tienen nada que ver con la inteligencia. Los niños y niñas con dificultades de lectura son tan inteligentes como cualquier otro, pero les cuesta más demostrarlo, con lo cual tienden a frustrarse y desmotivarse hasta el punto de tirar la toalla.
Una detección precoz y una actuación eficaz eliminan o minimizan los efectos negativos de las dificultades de lectura.
Montserrat Garcia
Psicóloga especialista en lectura
Creadora del Método Glifing